La componente meteorológica de las energías renovables es un punto a tener en cuenta para analizar la disponibilidad del recurso eólico y solar, ambos protagonistas en la cadena de producción del Hidrógeno Verde. En la vigésimo tercera entrega del ciclo organizado por la Provincia de Río Negro se presentaron dos charlas sobre esta temática, junto a una ponencia de perfil socio-histórico que invitó a reflexionar sobre la educación en los tiempos que corren, el rol del individuo frente a los cambios culturales que impactan en el planeta y cómo se inserta el Hidrógeno Verde en este complejo entramado donde la sustentabilidad ambiental hace su llamado.
POR LIC. DANIELA BENTIVOGLIO REVISTA
Esta nueva edición se desplegó bajo la moderación de Antonella Mazzei, Subsecretaria de Comunicación Digital y Creatividad de la provincia de Río Negro.
La ponencia “Educación y la capacitación en el empleo del siglo XXI” estuvo a cargo de Ariel González, profesor en Disciplinas Industriales y miembro de la Asociación Argentina del Hidrógeno y de la Asociación Argentina de Energía Eólica, quien a lo largo de su carrera se ha especializado en Energías Renovables.
La segunda exposición se tituló “Entendiendo la componente meteorológica de las energías renovables”, y contó con dos disertantes. El primero fue Tomás Gouzden, Licenciado y Doctor en Física (Instituto Balseiro), e investigador y docente de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN). El segundo fue Emilio Bianchi, Licenciado en Ciencias de la Atmósfera (UBA) y Doctor en Biología (U. del Comahue). Especializado en viabilidad climática y energías renovables, también se desempeña como investigador y docente de la UNRN.
Educación y Tecnología: de la mano y en constante evolución
“El paradigma que genera la educación en el siglo XXI es la evolución tecnológica constante, que se da a una velocidad que va a obligar a cada individuo a una capacitación permanente en todos los niveles”, especificó el profesor González.
“La educación actual -agregó- tiene un marco de obsolescencia programada. La nueva educación tiene como principio fundamental la mejora continua con una conciencia planetaria, adaptándose e impulsando el desarrollo sostenible”.
¿Estamos concientes realmente del problema ambiental? ¿Estamos trabajando para cambiar nuestra forma de actuar respecto al planeta? ¿Cómo nos estamos adaptando a estos cambios permanentes tecnológicos, laborales y sociales? ¿Qué nos motiva a seguir capacitándonos? Estos interrogantes fueron guiando la presentación del docente invitando a reflexionar al respecto en cuanto a lo que cada uno aporta en esas líneas de acción, subrayando que “el cambio empieza desde uno y luego se traslada a las estructuras”.
Ese complejo juego de reflexión entre el papel de la educación, la propia conciencia, la evolución de la tecnología y el uso de los recursos naturales enmarcó la charla de González de principio a fin. En ese sentido, analizó comparativamente los paradigmas organizacionales de la Era Industrial y la Era del Conocimiento, donde esta última se caracterizaría por una mayor orientación al bien común, responsabilidad social empresaria como sostenibilidad, actitud emprendedora, organigrama horizontal, entre otras aristas.
El expositor repasó las características de las revoluciones industriales sucedidas hasta el momento, diferenciando: Primera Revolución Industrial (Mecanización), Segunda (Electricidad), Tercera (Informática) y Cuarta (Digitalización). “Estamos en la 4° Revolución Industrial y la 5° (podría llamarse Era del Conocimiento) está a la vuelta de la esquina (año 2030) pero aún nuestros sistemas educativos están en la 2° ó 3°”, remarcó.
También advirtió que “la pandemia aceleró la transición que se pensaba para la década del 2030 al 2040”: “Bienvenido sea, ya que para el 2025 la realidad virtual y la educación holográfica van a ser una realidad y el comienzo de la implementación de una matriz energética de energías renovables intensivas en la que el Hidrógeno será uno de sus vectores energéticos”.
“Comprender que las energías denominadas renovables son energías descentralizadas e intermitentes y que tenemos que aprender a utilizarlas correctamente implica un cambio cultural”, apuntó González.
Por último, el docente hizo hincapié en que “el Hidrógeno Verde es una herramienta más del proceso de adaptación a los nuevos paradigmas que va a tener que enfrentar la sociedad humana” y señaló que “también será el encargado de equilibrar ese punto entre la descentralización de la energía y la centralización del aprovechamiento de los recursos naturales”.
“El Hidrógeno Verde como vector energético va a solucionar gran parte del problema pero por sí solo no lo va a lograr: necesita un cambio de actitud por parte del humano en cuanto a la utilización de los recursos naturales finitos del planeta Tierra”, concluyó.
La componente meteorológica de las energías renovables
“Parte de la variabilidad de las fuentes renovables se debe a cuestiones meteorológicas, y es ahí donde centraremos nuestra presentación”, adelantó el Dr. Emilio Bianchi.
El especialista hizo énfasis en la solar y en la eólica, indicando que “es interesante ver cómo pueden complementarse con la demanda”.
En cuanto a la solar, además de que influye la estación del año, sostuvo que la nubosidad también incide en el nivel de capacidad solar, por lo que “sus ciclos están muy marcados”. Esto no resulta tan evidente en el caso de la eólica, cuya curva muestra picos cuando “surgen turbulencias de pequeña escala, o según el comportamiento de la atmósfera con la superficie terrestre, o cuando se da una alternancia de sistemas de alta y baja presión”. A nivel macro, el calentamiento global también influye en las variaciones a largo plazo.
Por su parte, el Dr. Tomás Gouzden ahondó en la metodología de trabajo que emplean en este campo y cómo convierten los datos recabados en simulaciones de producción de energía.
“Básicamente usamos datos que provienen principalmente de los reanálisis (series de datos temporales que se pueden obtener desde 1980 en adelante y que permiten comparar épocas) y nuevos cálculos simulando la dinámica de la atmósfera”, detalló.
Una vez que se obtienen los datos, ya sea de viento o de radiación solar, se los traduce a términos de potencia eléctrica, “para lo cual utilizamos un método basado en los sistemas Virtual Wind Farm Model y Global Solar Energy Estimator”.
Tras detallar su funcionamiento, el experto mostró algunos ejemplos de mediciones en parques eólicos y solares de la Argentina, para finalmente resaltar que “el aporte energético de las renovables en el país viene creciendo de manera lineal desde hace dos años, acercándose a un 20%”.