La Alianza Argentina para la Transición Energética (ALTEA) difundió un informe de IRENA sobre el inicio de la fase industrial global del hidrógeno verde.
El informe “Analysis of the potential for green hydrogen and related commodities trade” publicado por IRENA en 2025 ofrece una mirada integral sobre el futuro del comercio internacional de hidrógeno verde y sus derivados. A través de un modelo de optimización de costos, el organismo analiza patrones globales de oferta y demanda, infraestructura necesaria e inversiones al horizonte 2050.
Entre los principales hallazgos se destaca que el hidrógeno verde y sus derivados dejarán de ser un campo de proyectos piloto para consolidarse como una nueva industria global. Según IRENA, hacia 2050 la demanda mundial podría alcanzar 260 millones de toneladas equivalentes de hidrógeno, de las cuales alrededor del 20% se cubriría mediante comercio internacional. Sin embargo, este intercambio no ocurrirá principalmente en forma de hidrógeno puro, sino de commodities derivados: amoníaco (30% de su demanda global se cubrirá con comercio), metanol (18%) y hierro reducido con hidrógeno –DRI– (14%). En total, entre 73% y 80% del hidrógeno comerciado se moverá en forma de derivados, por su mayor eficiencia y menores costos de transporte.
La infraestructura necesaria es gigantesca: se estima una inversión de USD 2,49 billones para desplegar 4,7 TW de energías renovables, 2,1 TW de electrolizadores y 0,9 TWh de almacenamiento en baterías.En cuanto a geografía, IRENA distingue dos escenarios:
• Escenario con mismo WACC: América Latina, África y Medio Oriente serían los grandes exportadores gracias a sus recursos solares y eólicos abundantes, mientras que Europa, Japón, Corea del Sur y el sudeste asiático serían los principales importadores.
• Escenario con WACC diferenciado: Estados Unidos, China y Australia emergen como líderes exportadores, al beneficiarse de mejores condiciones de financiamiento, sin perder de vista que África y América Latina continúan siendo jugadores clave si logran acceso a capital competitivo.
Más allá de las cifras, el reporte subraya que el éxito de este mercado dependerá de marcos regulatorios, esquemas de certificación y cooperación internacional, para garantizar que el comercio de hidrógeno contribuya a una transición justa e inclusiva.
Desde nuestro análisis de ALTEA, el mensaje es claro: el hidrógeno verde y sus derivados ya superaron la etapa experimental. Los pilotos de los últimos años dieron paso a una fase industrial incipiente, donde proyectos de gran escala comienzan a marcar la agenda energética en diversas partes del mundo. América Latina, por sus recursos renovables y potencial exportador, está llamada a ser un actor central en esta transformación.