“Sí, amigos míos, creo que el agua se usará un día como combustible, que el hidrógeno y el oxígeno que la constituyen, utilizados aislada y simultáneamente, producirán una fuente de calor y de luz inagotable y de una intensidad mucho mayor que la de la hulla. Un día el pañol de los vapores y el ténder de las locomotoras en vez de carbón se cargarán de esos gases comprimidos, que arderán en los hornos con un enorme poder calorífico. (…) Creo que, cuando estén agotados los yacimientos de la hulla, se producirá el calor con agua. El agua es el carbón del porvenir”.
Julio Verne, La Isla Misteriosa, 1874.
