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Régimen de Promoción del Hidrógeno Verde: La necesidad de aprobar el proyecto de Ley

Régimen de Promoción del Hidrógeno Verde: La necesidad de aprobar el proyecto de Ley

El presente artículo se propone señalar los elementos e institutos que recoge el expediente número 3601-D-2021 que tiene por objeto la promoción del hidrógeno verde, así como los desafíos que implica impulsar su desarrollo como herramienta para dar cumplimiento a los compromisos climáticos asumidos por Argentina.

Por Héctor O. Etcheverry
Mag. en Economía del Hidrógeno y Energías Renovables

El proyecto apunta al desarrollo de la industria del hidrógeno en Argentina a través de un régimen de fomento que internalice las externalidades de cada una de las fuentes de generación de electricidad utilizadas en el proceso de producción de hidrógeno.

Para ello propone la creación de un régimen de promoción donde se detallan políticas de estímulo de índole fiscal generando un marco de seguridad jurídica para todos aquellos emprendedores que quieran incursionar en proyectos para el desarrollo de la industria del hidrógeno verde(2) a la vez que establece definiciones operativas para su implementación.

La descarbonización completa de nuestra sociedad es el mandato de nuestra generación. El uso extensivo de formas de energía basadas en carbono, en particular como “combustible” para la industrialización global, ha impulsado el calentamiento global.

El Acuerdo de París de la ONU de 2015 tiene como objetivo abordar esto, con el fin de limitar el aumento de la temperatura media global a 2°C por encima de los niveles preindustriales. ¿Cómo se puede lograr la descarbonización, que es esencial para alcanzar el objetivo de París?

La vía “milagrosa” hacia la descarbonización consiste en reemplazar todos los combustibles de carbono con formas de energía libres de carbono. En la última década, se ha afianzado una convicción generalizada de que esto significa garantizar que la energía eléctrica provenga de fuentes libres de carbono y renovables, mientras en simultáneo se electrifica la demanda de las empresas, la industria y los sectores públicos, utilizando energía y combustibles verdes como el hidrógeno.

El hidrógeno verde puede ayudar a lograr emisiones netas de dióxido de carbono (CO2) cero en sectores que consumen mucha energía y son difíciles de descarbonizar, como el acero, los productos químicos, el transporte de larga distancia, el transporte marítimo y la aviación, el sector de fertilizantes, la maquinaria del agro.

A diferencia de otras industrias basadas en recursos naturales, la producción de hidrógeno verde no tiene un impacto negativo sobre el entorno ambiental ni humano, y no genera depredación de recursos ni alteraciones significativas sobre su zona de influencia, lo que tiene una enorme relevancia a medida que aumenta la conciencia social a nivel nacional e internacional sobre el impacto de las actividades económicas en el ambiente.

Se analizan las posibilidades de una transformación productiva que potencie el desarrollo ambiental, económico, social y territorial inteligente, de acuerdo con las posibilidades de nuestro país, que permita al mismo tiempo, cumplir con los compromisos climáticos asumidos en el marco de la firma del Acuerdo de París, la segunda Contribución Nacional Determinada (NDC) asumida por Argentina, y sobre los acuerdos firmados en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26).

Alcanzar estos compromisos, de los cuales Argentina es signataria, presenta una serie de desafíos para la adaptación de los sistemas productivos a nivel nacional e internacional, al mismo tiempo que genera oportunidades para el desarrollo de nuevos sectores económicos vinculados con la economía verde.

Para avanzar en el cumplimiento de los objetivos planteados es crítico tener claridad en el proceso de obtención de permisos ambientales, ambientales mixtos y sectoriales y elaborar una reglamentación coherente con estándares internacionales para limitar las barreras del mercado.

Se debe llevar adelante un análisis que permita desarrollar un levantamiento de información sobre posibles y eventuales impactos de carácter ambiental por desarrollo e implementación de proyectos futuros de hidrógeno verde en Argentina. El análisis incluye los requerimientos asociados a la tramitación ambiental y sectorial argentina. Particularmente, definiendo los siguientes objetivos específicos:

▪ Identificar y describir los desafíos ambientales que plantea la industria del hidrógeno verde en todas sus etapas, junto con sus usuales prácticas de manejo a nivel internacional.

Con este objetivo por delante, el primer aporte debe ser aprobar un marco regulatorio que permita cubrir las necesidades del mercado interno, dada la necesidad de reducir nuestro nivel de emisiones y protegernos de futuras medidas que podrían afectar nuestras exportaciones. Nuestro salario real y posibilidades de desarrollo dependen mucho de cuánto podamos exportar. Y en ese sentido, el hidrógeno verde tendrá un rol protagónico.

Además de ayudar a frenar el calentamiento global, el hidrógeno también puede reducir las emisiones locales de la quema de combustibles fósiles como el óxido de nitrógeno y el dióxido de azufre. El hidrógeno renovable es parte de la solución para lograr la neutralidad climática en 2050 y desarrollar cadenas de valor industriales innovadoras en Argentina, así como una economía verde de alto valor añadido.

En la misma se debe determinar la fijación de precios a las emisiones de carbono, siendo esencial para incentivar la reducción de emisiones y ayudar a las tecnologías innovadoras con bajas emisiones de carbono a competir con las establecidas y más contaminantes.

La agenda de transición energética ha tomado a nivel internacional una dimensión que involucra todos los aspectos de la planificación de la política pública, incluyendo desde el diseño de los mecanismos de cooperación internacional, los procesos productivos y las prácticas comerciales.

Asimismo, el interés en la misma ya no está solo limitado a los países centrales, sino que es una prioridad en potencias emergentes y economías de medianos y bajos ingresos en todas las latitudes.La transición energética es un camino hacia la transformación del sector energético global de energía fósil a cero carbonos para la segunda mitad de este siglo. En el centro está la necesidad de reducir las emisiones de CO2 relacionadas con la energía para limitar el cambio climático.

La descarbonización del sector energético requiere una acción urgente a escala mundial, y si bien está en marcha una transición energética mundial, se necesitan más acciones para reducir las emisiones de carbono y mitigar los efectos del cambio climático. Las medidas de energía renovable y eficiencia energética pueden alcanzar potencialmente el 90% de las reducciones de carbono requeridas.

El sector energía debe aportar en la mitigación de la crisis climática sin olvidar que tiene un rol social fundamental para la vida digna. Una transición justa es más que la descarbonización de la matriz energética. Así, debemos avanzar en un modelo de soberanía energética con tres prioridades programáticas: descarbonización, descentralización y pobreza, y vulnerabilidad energética.

Es prioritario también definir una hoja de ruta para afrontar la crisis climática de mediano a largo plazo y con enfoque en las distintas regiones de nuestro país. Sería el producto de un diálogo social con enfoque local que logre detectar oportunidades, riesgos y mejoras posibles a partir del reconocimiento de esta crisis.

Propiciando la creación de los “Valles de Hidrogeno Verde” para impulsar una política de desarrollo de un sistema sostenible, con el objetivo de asegurar la seguridad de la población basada en criterios de salud, económicos, ambientales y desarrollo territorial.

En este escenario, la economía del hidrógeno ha dejado de ser una utopía de la transformación económica. Por el contrario, es parte de una necesidad de adaptación de nuestro sistema productivo para no poner en mayor riesgo las propias bases que sustentan nuestros recursos y permiten el crecimiento de la economía.

Asimismo, dada su alta versatilidad como vector, se ha de evaluar y priorizar el potencial del hidrógeno renovable para almacenar energía y/o descarbonizar el sector del calor, tanto en la industria como en los hogares, en los casos en los que la electrificación no sea la solución más competitiva.


En el largo plazo, el hidrógeno puede jugar un papel esencial para almacenar energía procedente de un sistema eléctrico 100% renovable, objetivo que se prevé su definición en los próximos años.Por último, las soluciones basadas en hidrógeno renovable para islas y sistemas energéticos aislados, que dependen en gran medida del transporte aéreo y marítimo, han de potenciarse para que dichas regiones puedan alcanzar la neutralidad climática garantizando su sostenibilidad como destinos turísticos.

Cualquier nuevo marco regulatorio ha de reconocer el potencial del hidrógeno renovable. Establecer un mercado de hidrógeno a nivel de Latinoamérica puede ser prematuro en esta etapa distorsionando la competencia a corto plazo, dado que el hidrógeno no renovable desplazaría al hidrógeno renovable si no se internaliza adecuadamente su impacto medioambiental positivo.

El hidrógeno renovable debería disponer de normas comunes en Latinoamérica (objetivos, etiquetado, garantías de origen), puesto que podría facilitar su despliegue y garantizar la igualdad de condiciones. Por otro lado, los impuestos y el mercado de emisiones de CO2 pueden contribuir a proporcionar las señales correctas a las partes interesadas, y a los consumidores para valorar correctamente la etiqueta renovable. La fijación de precios del carbono debe ser coordinada a nivel internacional.

El hidrógeno no debe ser solo visto como un Carrier energético, sino también considerarlo como un vector de desarrollo territorial y social. Hay quienes ya lo definen como un “commodity”, a desarrollar por economías de escala. Pudiendo caer en la tentación de crear “regiones-commodity”, y no en realizar un desarrollo que beneficie al conjunto de las economías regionales, con sus particularidades.

Constatar al respecto la no generación de regiones “ganadoras” y regiones “perdedoras”, además la concentración de la acumulación económica y política en la Región AMBA. Tal tendencia sería expresión de una geografía donde las regiones productoras concentrarían los efectos ambientales y demográficos, mientras que el área metropolitana acumularía los beneficios económicos de la matriz exportadora. Es prioritaria la Identificación de aspectos ambientales, sectoriales y territoriales para el desarrollo de proyectos de hidrógeno verde en toda su cadena de valor.

Es muy importante describir los aspectos más salientes de la economía del hidrógeno, que se presenta como uno de los vectores energéticos con mayor potencial de desarrollo encadenado productivamente al aprovechamiento de las fuentes abundantes de energía que dispone nuestro país; así como de los avances tecnológicos que han impactado de lleno en el sector energético reduciendo notablemente sus costos en lo que va del siglo XXI.

Avances que potenciales acuerdos globales podrían contribuir, a acelerar la transferencia tecnológica en favor de Argentina, al tiempo de procurar asegurar la disponibilidad del recurso para el país que haga de contraparte. Colocándose como un “player” relevante en Latinoamérica y la nueva geopolítica de la energía.

El hidrógeno verde es una oportunidad que tiene el país para poder acceder a una descarbonización rápida y sostenible de lo que es la matriz energética. En este sentido, su implementación puede representar una gran oportunidad para el desarrollo de nuevas tecnologías. Siendo muy importante poder planificar de una manera integral, de manera que realmente contribuya a la transición justa, brindando oportunidades reales, y no solo en pos de la reducción  de emisiones.
Las medidas de mediano y largo plazo deben considerar el reemplazo de combustibles fósiles mediante una profundización y recalibración de aspectos de una Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde.

Teniendo como objetivo agregar valor al recurso de manera descentralizada, para uso en industrias nacionales y posterior exportación. Podemos convertirnos en productores y exportadores de hidrógeno verde a precios competitivos.
Para que esta industria sea sostenible, además de aprovechar las fuentes de generación renovable debemos buscar producir investigación, desarrollo y capacitación de nuestros trabajadores. Promover creación de empleo, generación de capacidades, desarrollo de proveedores nacionales, reducción de contaminación local y crecimiento económico sostenible en torno a la industria del hidrógeno verde para generar beneficio a los ciudadanos, generando desarrollo para nuestro país.

Héctor O. Etcheverry Mag. En Economía del Hidrógeno y Energías Renovables
Recibido de Técnico en Energías Renovables y Técnico en la ISO 14001, además de aprobar un Máster en Energías Renovables y un Máster en Gestión de Proyectos de Energía en Euroinnova Bussines School, Granada, España. Máster en Certificador de Desarrollo de Proyectos de Energía Eólica en Renewables Academy (RENAC), Alemania. Diplomado Energía Renovable y su desarrollo en Sudamérica en École Normale Supérieure – PSL, Francia. Desarrollo y gestión de proyectos de Energía Renovable a través del BID (Banco Interamericano de Desarrollo). Diplomado en Economía del Hidrógeno en Universidad de Santiago de Chile (USACH).PM4R Expert Certificate & Professional CertificatedoinGlobal – Banco Interamericano de Desarrollo – Gestión de Proyectos de Impacto Social, Infraestructura y Energías Renovables.

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