“La transición energética es una oportunidad de Desarrollo”, afirmó el Ing. Hugo Brendstrup, presidente de Eólica Rionerina (ERSA), en su disertación en el ciclo de los Jueves. ¿Cuáles son las implicancias y proyecciones de esa transición? ¿De qué manera se podrían aprovechar las capacidades nacionales existentes y qué áreas habría que profundizar en este camino? Estas y otras reflexiones marcan el eje de análisis del experto en este nuevo encuentro.
POR LIC. DANIELA BENTIVOGLIO
El ciclo de charlas que cada semana viene proponiendo el Gobierno de Río Negro llegó a su vigésimo sexta edición de la mano de Georgina Raijman, Directora de Empresas Públicas (área dependiente de la Secretaría General de la Gobernación), y del Ing. Hugo Brendstrup, el expositor del día.
Brendstrup es Director de INVAP S.E., presidente de Eólica Rionegrina (ERSA) y Director del Ente Promotor Parque Tecnológico Industrial Bariloche (PITBA). Bajo el título “Transición Energética, oportunidad de Desarrollo”, ofreció una charla para contextualizar la problemática energética desde una mirada socio-económica y técnica.
“Lo que me indujo a poner este título fueron los avances que se están dando a paso firme en cuanto al proyecto de producción de Hidrógeno Verde en Río Negro con la empresa Fortescue Future Industries”, aseguró el orador.
Inició su ponencia repasando las actividades que se estuvieron llevando a cabo en INVAP y en Eólica Rionegrina en el campo de las energías renovables, como la realización de campañas de medición de vientos, mapeos y estudios de factibilidad. En esa línea, el Ingeniero remarcó que INVAP colaboró en la confección del Mapa Eólico de la Provincia de Río Negro y posteriormente, en 2015, se creó Eólica Rionegrina S.A. como resultado de una sociedad conjunta entre esa estatal y su par Transcomahue S.A.
Brendstrup también hizo mención al despliegue de tecnología propia en eólica de baja, media y alta potencia, al igual que en el área de turbinas hidrocinéticas y termosolar híbrida (dijo que actualmente hay un proyecto entre INVAP S.E. y la provincia de Jujuy sobre esta última).
En lo que respecta al proyecto del Parque Eólico de Cerro Policía, el presidente de ERSA indicó que se trata de una zona de unos 500 km2 donde se encuentra proyectada una etapa inicial de 300 MW para la primera parcela y una segunda con posteriores ampliaciones en tierras fiscales adicionales también asignadas a la empresa que preside. Por su ubicación, podría constituirse en un proyecto hidro-eólico acoplado a la central El Chocón.
Por otra parte, hizo referencia al desarrollo de palas para turbinas, actividad a la que identificó con el objetivo de “generar una plataforma de diseño y construcción de herramental para palas y grandes componentes de materiales compuestos”. Luego, compartió una serie de imágenes ilustrativas donde se pudo apreciar la complejidad de estos desarrollos “made in Argentina”.
Transición energética como motor de desarrollo
“En Argentina tenemos una situación especial por la abundancia y bajo costo del Gas Natural, lo que hará más lenta la transición hacia el Hidrógeno Verde, donde el rol de las energías renovables – principalmente de la eólica- será fundamental”, describió el experto.
“La transición energética -agregó- está dentro de la agenda mundial como tendencia global y nosotros lo vemos como un driver para el desarrollo nacional de las energías renovables. Probablemente, el mercado interno del Hidrógeno Verde tarde en despegar y ser competitivo en costos, pero entendemos que con este proyecto entre Río Negro y Fortescue hay una oportunidad concreta”.
Trayendo a colación la Resolución 1036/2021, que refiere a los Lineamientos para un Plan de Transición Energética al 2030, Brendstrup hizo hincapié en que esta transición es de carácter “consciente para evolucionar del paradigma fósil”, y a continuación analizó la matriz energética actual y sus proyecciones de cara al 2030, donde se prevé una participación renovable del 30%.
En esa línea, enfatizó la importancia de desplegar un desarrollo eólico con creciente componente local, señalando el objetivo de instalar 1.000 MW de energía renovable convencional por año: “Esto implicaría 600/700 MW anuales de eólica, apuntando a fabricar el 80% en el país, lo que se puede lograr en 3 ó 4 años. Generaría más de 8.000 puestos de trabajo directos permanentes, sumados a los empleos indirectos, y un desarrollo industrial de magnitud, con una cadena nacional de proveedores molinopartistas. Además, se lograría una facturación de más de 700 millones de dólares por año, sustitución de importaciones (de equipamiento y de combustible fósil) y exportación de equipamiento eólico y energía eléctrica, social y ambientalmente sustentable”.
En cuanto al papel del Hidrógeno Verde en esta transición, volvió a referir a la Resolución 1036, particularmente el párrafo que menciona la Estrategia Nacional para el desarrollo del Hidrógeno: “Esta línea de acción incorpora la elaboración de una hoja de ruta para impulsar un complejo productor y exportador de Hidrógeno como nuevo vector energético que utilice como materia prima básica al Gas Natural, y pondere otros recursos disponibles para su producción. Se considerará la necesidad de contar con nueva potencia renovable para la producción de Hidrógeno Verde, así como infraestructura para el almacenamiento y transporte hacia los puntos de consumo finales”.
“La transición del Hidrógeno Azul al Verde seguramente va a llevar más tiempo”, advirtió el Presidente de ERSA respecto de las previsiones para 2030 de la citada Resolución. Y explicó que mientras que en Argentina la demanda actual interna de Hidrógeno (gris) es de 328.000 toneladas por año, en el mundo la cifra asciende a las 70 millones de toneladas anuales, con una proyección de 700 millones para 2050. “En países como Alemania, Japón y Australia la sustitución del Hidrógeno Gris y Marrón por el Verde ya está en marcha”, remarcó el expositor.
“El costo actual del Hidrógeno Verde -informó- está en el orden de los 4 dólares por kilogramo, pero según las estimaciones de la consultora Bloomberg, se reducirá a unos 2 dólares para 2030”.
Una realidad posible
“El Gobierno es consciente de que Argentina necesita concretar urgentemente las obras pendientes para la ampliación de la capacidad de su sistema de transporte eléctrico, lo que permitirá incorporar unos 1.000 MW de oferta eléctrica renovable todos los años y abriría la posibilidad de obtener una industria eólica de escala, teniendo en cuenta el alto factor de capacidad que presentan los parques eólicos en el país: particularmente, nuestra extensa Patagonia tiene los mejores vientos del mundo. Conociendo el potencial, el desafío que se plantea es pasar de la oportunidad a la realidad, lo que requiere incluir el desarrollo de cadenas de valor locales de mediana y alta complejidad, algo que constituye un eje clave de sostenibilidad del proceso de inversión en el sector. El desarrollo de la energía eólica tiene impacto no sólo en una nueva matriz energética, sino en la consolidación de una amplia cadena de valor y como uno de los vectores de desarrollo productivo y económico del país, con gran impacto en la generación de empleo”, reflexionó Brendstrup.
Finalmente, volvió a hacer referencia al proyecto de Río Negro con Forstescue, señalando que “representa una oportunidad única, de una magnitud impresionante que funcionaría como driver para que esto despegue en la Argentina gracias al mercado externo que por su volumen permitirá un desarrollo industrial enorme y la puesta en valor de muchos desarrollos propios”.